23 julio 2015

Secretivos en el Mar de Tetis

Durante el jurásico, hace ya millones de años, dos de los continentes por aquel entonces existentes colisionaron, entre otras cosas aquel choque produjo una gran depresión a la que llamamos la fosa de Tetis, el agua cubrió dicha fosa con mares poco profundos, con el paso de los siglos en dichos mares se fue acumulando desechos coralinos y otros materiales sedimentarios calizos, un posterior movimiento orogénico dejo toda aquella caliza libre de aguas.
De norte a sur pasando por el levante de la hoy península ibérica, semejante a una media luna en fase creciente, estaba parte de ese antiguo y desaparecido mar de Tetis, en estos lugares se elevan ahora valles, llanuras y grandes y conocidas paredes calcáreas vestigios de aquellos sedimentos, también hay otros recónditos lugares menos conocidos con pequeñas paredes de cierto encanto.
Para mí fue toda una aventura dar con ellos siguiendo pequeños mapas, difusas anotaciones o acompañando a algún amigo que había conseguido la información por el boca a boca. A todos ellos fuimos sin croquis, sin saber el grado de las vías. Era llegar a pie de vía y decir… esta parece factible, y allí que nos metíamos. Hoy resumo en este post tres de aquellas salidas.

Eloy en un paso de Bloque

* * *
- La primera de estas zonas la conocí en diciembre de 2013, hacía frío y la escarcha cubría todo el paisaje, seguíamos a Jorge, de vez en cuando Jorge paraba buscando unas referencias para nosotros inexistentes. Una vez orientado cambiábamos de dirección y continuábamos sus firmes pasos, nos fiábamos de su instinto, que remedio, habíamos decidido seguirlo aunque no tuviera éxito. Ya iba yo pensando que si no encontrábamos el sector al menos nos contentáriamos con un invernal paseo, cuando apareció el cañón ante nosotros. A su entrada estaba la referencia que buscaba Jorge, un viejo gendarme de tres puntas que parecía montar guardia.
Ante el viejo gendarme de tres puntas

En este caso la roca no estaba muy compacta yo incluso diría que estaba descompuesta, y para colmo tenía muchas aristas vivas, roca ponzoñosa lo llamó Vlady.
 Vlady

Javi
Desde el primer momento la roca no me produjo buenas sensaciones, luché en mi interior por ahogar dichas sensaciones pues habíamos desechado otros planes a sectores conocidos para escalar hoy aquí, tras la ardua búsqueda no quise dedicarme a dar paseítos ni a la vida contemplativa.
A la segunda vía que hice me bajé unos metros junto a un bolo del tamaño de una gran sandía, el bolo siguió bajando hasta el suelo y cayó a un par de metros de mi asegurador. No sé qué me asustó más si mi caída o ver el regatito que mandaba para abajo al publico existente.
Capté el mensaje y ese día no volví a revelarme contra mis sensaciones.

- En septiembre del año pasado tuve ocasión de visitar otro de los secretivos del “Mar de Tetis”. En esta ocasión fuimos guiados por Alfonso, o mejor dicho por el teléfono de Alfonso, pues cuando llevamos cerca de una hora andando por un polvoriento camino nos dimos cuenta de que a lo lejos todo eran matojos y terreno llano, la orografía que veíamos no daba vestigios de ninguna pared cercana, por fortuna hay cobertura y tras una oportuna llamada volvimos al camino correcto y dimos rápidamente con el sector.
¡Sorpresa, predomina el desplome!
Lorena asegurada por Alfonso

A un “plaquero” como yo se le acaban los brazos tras pocas vías, una vez petado y mientras mis lolos amigos del roco seguían a lo suyo, con pasos de bicicleta por aquí, taloneos por allí, acompañados por diversos monodedos y bidedos me dedique a otros menesteres. Aproveché el resto de la mañana para explorar el valle y recolectar sus frutos. Había nogales junto a la ribera del río, me llevé el macuto a casa un par de kilos más pesado de como vino, a pesar de que la cantimplora volvía vacía.

- El último de estos secretivos calizo lo visitamos este julio, en plena ola de calor, fuimos con pocas referencia, simplemente llevábamos una foto de situación que nos habían pasado por el móvil, nos cuesta un poco encontrarlo pues vamos con la idea de que la pared tiene orientación norte, tras un buen pateo rodeado siempre de moscas cojoneras, vemos que el único sitio en el que pueden haber vías está orientado prácticamente en su totalidad al sur, allí vamos como última opción a ver si hay chapas y… las hay! Las vías son duras aunque siempre hay algunas que se dejan hacer, montamos el campo en las únicas sombras que hay bajo unos desplomes. Nos dedicamos a escalar hasta que el calor, las avispas y sobre todo la falta de agua nos empujan a retirarnos.
 Miguel (Junior) asegurado por Yago

 Antonio (Menda)
Eloy

A pesar de haber trepado menos de diez vías sumando los tres sectores, no cambio ningunos de estos días por escalar en otras zonas más afamadas de caliza.
Aunque no es mi estilo en esta ocasión prefiero no desvelar estos pequeños lugares, lugares hechos por el paso de millones y millones de siglos, por ello se me hace difícil entender la palabra secretivo, se me hace difícil ver que las personas, que duramos segundos con relación a estos muros, nos creamos con sus derechos, aun así lo respeto por petición expresa de dos de mis guías. En estas tres salidas he disfrutado con el encanto de la búsqueda, ese encanto de la exploración que parece hoy perderse, estos lugares anónimos le dan sentido a la exploración, otra faceta de la escalada, que entiendo que debe ser algo más que coger una guía e ir a tiro hecho a pie de sus vías.

2 comentarios:

Vladimir Bustóf de la Sousa dijo...

Genial como siempre Antonio. Y además con una reflexión muy acertada sobre ese egoísmo absurdo sobre los Secretivos.

Abrazo!

Antonio dijo...

Hola Vlady, efectivamente es una reflexión sobre los secretivos, se intentan ocultar por variopintos motivos pero en el fondo es... lo que es.

Abrazos